En Buenos Aires estamos pasando por días complicados, con lluvias intensas que no solo han generado inundaciones, sino también preocupación y angustia para muchas familias. En lugar de quedarnos en casa, disfrutando de la comodidad y el resguardo, decidimos salir a las calles para brindar ayuda a quienes más lo necesitan en este momento.
Nos organizamos para llevar ollas llenas de comida caliente, pan, algo calentito para tomar, y también abrigo y zapatillas para proteger a la gente del frío y la humedad. Además, como siempre, compartimos la palabra de Jesús, ofreciendo consuelo y acompañamiento a quienes peor la están pasando.
Sabemos que una vianda caliente o un poco de ropa seca no van a resolver todos los problemas que están enfrentando, pero confiamos en que estos gestos, un abrazo, una palabra de aliento, o simplemente nuestra presencia, les recordarán que no están solos. Que hay personas que se preocupan por ellos y que comparten el amor de Jesús de manera concreta, con acciones más que con palabras.
Queremos agradecer al Señor por permitirnos ser luz en medio de la tormenta, y por darnos la oportunidad de servir y ayudar donde más se necesita. También queremos agradecer a todos los que se sumaron a esta causa, a cada colaborador que, con su tiempo y esfuerzo, hizo posible llevar un poco de esperanza a quienes más lo necesitan. ¡Gracias por ayudarnos a ayudar! ¡Gracias por ser parte de este acto de amor y solidaridad!