El 25 de mayo fue una fiesta total en nuestro centro, una jornada llena de alegría y unidad que quedará en nuestros corazones. Desde las primeras horas de la mañana, más de 200 voluntarios se entregaron con dedicación y entusiasmo para asegurar que la gran celebración del Día de la Revolución Argentina 🇦🇷 fuera un éxito rotundo. Su esfuerzo y compromiso hicieron posible que este día fuera inolvidable para todos los presentes.
La generosidad y el trabajo incansable de los voluntarios nos permitieron bendecir a la comunidad con un delicioso locro, servido a más de 3000 personas. Fue un momento de verdadera comunión y gratitud, donde todos pudimos disfrutar de este tradicional plato argentino que simboliza tanto nuestra historia como nuestra solidaridad. Grande es el Señor, quien nos permitió alcanzar esta meta y compartir tanto con tantos.
Pero el festín no terminó ahí. Además del locro, ofrecimos empanadas caseras, torta fritas y una variedad de otras delicias que deleitaron a todos los paladares. Cada bocado estaba lleno de sabor y amor, preparado con el cuidado y la dedicación de nuestros voluntarios, quienes se aseguraron de que cada detalle fuera perfecto.
El día estuvo también marcado por momentos profundos y espirituales. Tuvimos un tiempo de alabanza dedicado a Jesús, en el que todos pudimos elevar nuestras voces y corazones en gratitud y adoración. La música y las canciones llenaron el aire, creando una atmósfera de paz y alegría que nos conectó aún más como comunidad.
Sin duda, uno de los momentos más especiales fue la hermosa reflexión y el agradecimiento expresado por nuestro querido referente, @carlosannacondia. Sus palabras nos recordaron la importancia de la gratitud y la fe, y nos inspiraron a seguir adelante con esperanza y confianza en Dios. Su mensaje fue un testimonio poderoso de la bondad y la provisión constante del Señor en nuestras vidas.
Agradecemos de todo corazón a cada persona que nos ayudó a hacer posible esta celebración. Su apoyo y esfuerzo son un reflejo del amor y la solidaridad que nos unen. Y, sobre todo, agradecemos al Señor por su infinita misericordia y provisión, que nos permite seguir adelante y bendecir a otros.
¡Gracias por ayudarnos a ayudar! Juntos, podemos lograr grandes cosas y seguir siendo una luz de esperanza y amor en nuestra comunidad